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jueves, 10 de abril de 2014

Primera Regional G.III - ( 1-0 ) Gallur - Epila - Victoria del equipo local frente al lider

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Imagen del partido<br>Fotografía: Fernando Rosel
Imagen del partido
Fotografía:Fernando Rosel

GALLUR; 1 - EPILA; 0
Gran partido en el estadio gallurano el que ofrecieron el lider y el cuarto clasificado
Partido claramente de la jornada entre el líder como visitante y el cuarto clasificado como local. El Épila llegaba al “Municipal” gallurano siendo el equipo más regular de la categoría, y con una sustanciosa ventaja respecto del segundo, tercer y cuarto clasificados, sumando 12 puntos más que los galluranos en los momentos previos al encuentro.
Otra característica de los locales era presentarse como el equipo menos goleado de la competición en igualdad precisamente con el equipo visitante, pero superado ampliamente por éste en lo referente a su capacidad goleadora.
Otra curiosidad paralela, era que mientras que el Épila no había sido derrotado fuera de su feudo en lo que va de liga, el Gallur no había podido ser derrotado en lo que va de competición en su propio terreno. Es decir dos invictos inversos, uno invicto como local en lo que va de campeonato, el caso del Gallur. Y otro, el Épila, invicto como visitante en lo que va de liga.
En principio, el encuentro resultaba ser más crucial para los locales que para los visitantes, pues de no llevarse los puntos los galluranos, perderían muchas opciones de cara a conseguir “billete para el viaje del ascenso”, en función de los resultados que obtuvieran Morata y Magallón con quienes juega una liga particular, mientras que para el Épila, a diferencia de los locales el empate le valdría, y la derrota tampoco le haría ningún “descosido” definitivo, dada la sustancial ventaja con la que partía a siete jornadas para acabar la liga, resultando que la derrota epilense en caso de producirse, sería más preocupante para equipos como Morata y Magallón que para el propio Épila.
En el partido de ida, Épila y Gallur empataron a cero en un encuentro que tuvo dos anécdotas, que resulta curioso mencionar. La primera es que los epilenses a pesar de jugar como locales no jugaron en su terreno, sino que por acuerdo entre los dos clubes, dadas las circunstancias meteorológicas, el partido se jugó en el campo de fútbol de La Muela. Y la segunda anécdota, fue que aunque el Épila marcó tres goles en ese partido, ninguno de ellos subió al marcador por decisión del equipo arbitral.
Los hechos más relevantes del partido en la primera mitad del mismo, fueron los siguientes:
En el minuto uno, un mal entendimiento entre el línea y el árbitro respecto de una fuera de banda, despista a la defensa epilense, y ocasiona el primer acercamiento gallurano a la portería visitante, que Fabre resuelve sin consecuencias.
En el minuto cuatro, el equipo gallurano vuelve a presionar sobre el área visitante, forzando dos saques de esquina, luciéndose en uno de ellos el portero epilense Fabre, acabando todo al final sin consecuencias para el marcador.
De aquí al minuto 17, el partido no tuvo dueño claro y ninguno de los dos equipos crearon ocasiones claras de cara al gol. Pero es justo a partir de aquí cuando el Épila empieza a estirarse y a crear peligro en el área gallurana.
Así en el minuto 17, el jugador epilense “El duende Canario” tuvo una oportunidad clara pero el árbitro anula la jugada por fuera de juego.
En el 19, la combinación “gladiator” Valdés con “el galgo” Dani, hace que este último remate fuera en otra ocasión peligrosa. Y dos minutos más tarde, en el 21, en una combinación calcada a la anterior, de nuevo “el galgo” Dani recibe el balón servido por “gladiator” Valdés, se interna dentro del área gallurana y envía el balón por encima de la portería muy ajustado al larguero.
En estos momentos del partido, el Gallur tiene más el balón pero es el Épila quien lanzando ataques esporádicos muy peligrosos está más cerca de conseguir el gol.
En el 27, se produce una falta peligrosa a la derecha de la portería gallurana defendida por Jorge, pero lanzada por “gladiator” Valdés, el balón no coge puerta por muy poco, y la jugada acaba sin consecuencias.
Un minuto más tarde, concretamente en el 28, se produce la jugada en la que el Épila tuvo la que quizás fue la ocasión más clara de gol y lo que, probablemente, hubiera marcado el signo del partido, Javi Ruiz recibe un balón por el lado derecho, se mete en la espalda de la defensa gallurana y, ante la salida del portero Jorge, manda el balón con rosca hacia su portería, y cuando parecía ya que el balón entraba, la cepa del poste izquierdo “se alía” con el equipo gallurano, impidiendo así la “diosa Fortuna”, actuando a favor de los galluranos, que el Épila consiguiera el tanto.
Sin embargo, sería en el minuto 45 cuando la “diosa Fortuna” hizo su segunda y más estelar aparición para los galluranos, cuando Adrián Fontán, uno de los centrales epilenses en un balón sin peligro, resbala fatalmente y cae al suelo dejando el balón suelto y sin dueño, ocasión que aprovecha el jugador gallurano Adrián García, para sorprender al portero epilense Fabre que, ante la rapidez del inesperado y fatal resbalón, lo deja sin una adecuada capacidad de reacción, y el Gallur marca su gol que, a la definitiva, le daría el triunfo final.
Este gol que podríamos llamarlo el “gol de la fatalidad”, tuvo también para los galluranos el plus de la motivación psicológica, al producirse justo al terminar la primera parte, pitando el colegiado el final de la misma, justo nada más de sacar de centro del campo, lo que hizo que el Épila no tuviera ya tiempo de respuesta, yéndose al vestuario con toda frustración. Recibiendo de esta manera, lo que en el argot futbolístico se le llama un “gol psicológico”, además de un “gol producto de la fatalidad”.
En la segunda parte, sin cumplirse todavía el minuto dos, el jugador epilense Javi Ruiz vuelve a tener en sus botas la ocasión de gol y de haber conseguido así la igualada pero, prácticamente sin oposición, tira el balón fuera de los tres palos de la portería defendida por Jorge.
A partir de aquí el partido no tuvo dueño claro durante muchos minutos, practicándose un juego muy intenso, con mucha presión, y donde lo que primaba era el respeto al rival por ambos equipos.
En el minuto 29, el técnico epilense busca un cambio de efecto que lleva a colocar al “polivalente” Adrián Fontán  a reforzar la línea de ataque, remodelando la línea de cobertura y contención. Los efectos se hacen notar aumentando considerablemente la presión y el dominio visitante, muy motivado de cara a neutralizar la ventaja inicial gallurana.
Fruto de esa presión, en el minuto 35 aparece “el duende Canario” en la frontal del área gallurana, lanzando un potente tiro, que hace que aparezca de nuevo y por tercera vez la “diosa Fortuna” a favor de los galluranos, al hacer que su lanzamiento  fuera repelido por el larguero, cuando Jorge ya estaba batido, negando de nuevo el gol a los epilenses.
Los minutos finales, el Gallur tuvo una oportunidad fallida en el minuto 46, pero fue el Épila quien presionó y creó más peligro, siendo mérito de la bien ordenada defensa gallurana el conseguir que ese dominio fuera infructuoso.
Al final del partido, en uno de los ataques epilenses se produjo una jugada polémica dentro del área y prácticamente bajo palos, que los jugadores epilenses reclamaron penalty, pero el árbitro no concedió su petición.
Destacaronpor el Épila todos sus jugadores en cuanto a su actitud de concentración y entrega durante todo el partido. De manera especial, destacó su línea de cobertura, a pesar del desafortunado ”patinazo” literal de uno de sus centrales ya comentado anteriormente, que supuso al final la victoria del equipo gallurano, estando inmenso el “incansable y laborioso” Iván. Igualmente hay que destacar su línea medular, comandada con fuerza y eficacia por  “el acorazado” Catalán y “gladiator” Valdés.
Por parte del Gallur destacó también todo el equipo en su conjunto con su excelente “posicionamiento” en el campo, haciendo infructuosa la labor de los atacantes epilenses que, aunque pusieron todo su empeño, fueron perfectamente controlados por los galluranos, si bien es verdad que en algunas ocasiones el desacierto de los delanteros epilenses, y la madera por dos veces, evitó que el resultado del partido hubiera podido ser otro muy distinto. Resultando que si el Gallur no mereció perder el encuentro, tampoco lo mereció el Épila, por lo que visto lo hecho por unos y otros en el “Municipal” gallurano, pensamos que lo más justo hubiera sido un empate. Pero en el fútbol, lo que valen son los resultados y no las opiniones ni las crónicas, por lo que desde aquí felicitamos sinceramente al equipo gallurano, por el importantísimo triunfo conseguido ante el líder, de cara a la consecución de sus intereses deportivos.
Con esta derrota, el Épila ve recortada su ventaja respecto de sus perseguidores, aunque quedando todavía a siete, ocho y nueve puntos del segundo, tercero y cuarto clasificados respectivamente, mientras que el Gallur se mete en “un pañuelo” con el Morata y el Magallón por la disputa del segundo y tercer puesto, recobrando muchas opciones especialmente tras el empate obtenido por el Morata en Luceni.
Fernando Rosel Lana.













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