Celebraciones de Nochevieja en los lugares más emblemáticos del mundo

 

  

En cada país la despedida del año se vive de manera diferente. Las uvas, tradición típica española, contrasta, con la meditación japonesa o el confeti de deseos que llueve sobre Manhattan.

Es una de las pocas fiestas que compartimos casi todos los mortales de todos los continentes y, aunque la propia siempre parece única y especial, cada capital del mundo aporta su particular grano de arena, que convierte la Nochevieja en una de las noches más mágicas del año.

Una de las primeras imágenes cada nuevo año procede de Australia. Sidney, que no es la capital australiana, se convierte en icono de la Nochevieja. Es una de las ciudades del mundo que más gasta en fuegos artificiales. En pleno verano, y con infinidad de gente en la playa, el espectáculo de luces y su castillo de fuegos se ha convertido en una tradición que no tiene desperdicio con la Sidney Opera House de telón de fondo. A esta fiesta, los australilanos le suman la máxima de que cuanto más ruido mejor. Lo más importante si alguien pasa la Nochevieja en Australia es salir a la calle y hacer sonar todo objeto que pueda hacer ruido. El claxón de los coches se lleva la palma y, aunque no podemos escucharlo desde los televisores, todas las iglesias australianas hacen sonar sus campanas para dar la bienvenida al año nuevo.

En Tokio, el año nuevo está ligado a las fiestas que se conocen con el nombre de 'Bonenkai'. Para los japoneses cada 1 de enero es un punto de partida en el que empezar desde cero. Para que así sea, en Nochevieja destierran los malos momentos, que este año irán muy vinculados a la catástrofe de Fukushima, a través de la meditación. Con ella entran en el nuevo año, cuya primera jornada intentan vivirla con la máxima tranquilidad posible como la antesala de los 364 días restantes.

En Hong Kong, se fusionan la cultura colonial y la china, por lo que cuando llega el nuevo año no toda la ciudad se suma a esa celebración, ya que algunos se rigen por el año nuevo chino. Sin embargo, como en Sidney, Hong Kong se viste de luces. Aquí también se cumple aquello de que cuanto más mejor, porque aseguran que la luz ayuda a ahuyentar a los malos espíritus y atrae la buena suerte.

En Europa, donde la tradición española de comer las doce uvas es una de las más conocidas junto a la imagen de la bola del reloj de la Puerta del Sol cayendo para anunciar el año nuevo, hay que sumar dos estampas que dan la vuelta: Londres y París. La ciudad del Támesis se concentra en torno al parlamento inglés y en Big Ben, que cada año luce un motivo distinto para festejar la Nochevieja. Aquí también se organiza un espectáculo de fuegos artificiales que dura alrededor de diez minutos y que no tendría nada de especial sin la famosa 'Auld Lang Syne', que entonan los londinenses abrazados unos a otros.